ellos son de la
m
is
m
a Iglesia
O
rtodoxa, y ta
m
bién algunos te
m
plos católicos, luteranos
…
P
ues bien, los
cristianos que asisten al culto en esos templos no rehusan
m
atarse entre ellos.
Y
los países de la
OTAN,
que tanta responsabilidad tienen en la generación de ese conflicto, pertenecen ta
m
bién a la
civilización cristiana, y en ellos abundan te
m
plos católicos, protestantes
… L
o que se puede decir
de todos esos
“
cristianos
”
es que no entendieron nada del
m
ensaje de Jesús de
N
azaret.
A
las personas que ayudan y acogen a los refugiados de esa guerra y de otras anteriores ocurridas
en
Á
frica
, l
es alcanza la bendición de Jesús que dice
:
B
ienaventurados los
m
isericordiosos porque
ellos alcanzarán
m
isericordia
.
T
a
m
poco entendieron nada del
m
ensaje de Jesús los
“
cristianos
”
que
rechazan a los in
m
igrantes y refugiados y hacen bandera política de ese rechazo.
D
e los infelices
que huyen de los infiernos que los hu
m
anos he
m
os creado, Jesús dice:
B
ienaventurados los que
lloran porque serán consolados;
B
ienaventurados los pobres en espíritu porque de ellos es el Reino
de los
C
ielos
.
D
ecididamente, los valores del
E
vangelio contradicen los criterios con los que se
m
aneja el
m
undo, invierten la valoración que el
m
undo hace de las situaciones hu
m
anas conside
-
rando afortunados, bienaventurados a los infelices que sufren desdicha
. Y
ta
m
bién a los de corazón
li
m
pio, a los que trabajan por la paz, y tienen ha
m
bre y sed de justicia, y son perseguidos por ello.
C
ierta
m
ente, en la
m
otivación de las guerras y conflictos que fuerzan la emigración de personas
está el egoismo, la codicia, el afán de explotación de los poderosos sobre los pueblos. Habla en
contra de los cristianos y sus iglesias el hecho de que durante dos milenios se acomodaron en
ese infierno y contribuyeron a su perpetuación
. E
se cristianis
m
o tradicional no vive los valores del
E
vangelio
, m
argina y traiciona el espíritu del
E
vangelio.
L
a enseñanza de Jesús es en esta sociedad
que se dice cristiana sólo un leve barniz cultural, no caló hondo en ella
. M
uy de tarde en tarde nuestra
Iglesia se horroriza de la desviación en la que incurrió y e
m
prende intentos de refor
m
a que acaban
fracasando
. E
l
C
oncilio
V
aticano
II
fue uno de esos intentos, y los dos pontificados anteriores al del
actual papa fueron una recaida en los vicios tradicionales de la Iglesia.
Y
ahora viene el
m
o
m
ento de aclarar cuál es la especificidad de los
Cristianos de Base
, lo que los
distingue de los cristianos que aceptan el
m
undo tal co
m
o es y se aco
m
odan a él
. E
l único signo de
voluntad de refor
m
a de la Iglesia del Concilio Vaticano II y que se concretó fue la
T
eología de la
L
iberación
. L
o de
m
ás fueron pequeños ca
m
bios de i
m
agen
. A
unque desapareciera el latín, y el
sacerdote se colocara detrás del altar durante la
m
isa, la Iglesia sigue siendo tan ritual, dog
m
ática y
jerárquica co
m
o sie
m
pre
. Y
lo peor del caso es que sigue integrada en el siste
m
a do
m
inante y
co
m
pro
m
etida en su conservación
. E
se co
m
pro
m
iso con los poderes del
m
undo la llevaron a sofocar
la
m
encionada
T
eología de la
L
iberación
. L
as
C
o
m
unidades de
C
ristianos de
B
ase y otros grupos
afines, aunque lleven otro no
m
bre, son restos sobrevivientes de la ofensiva que los poderes
tradicionalistas de la Iglesia emprendieron contra el espíritu de reforma que quiso, que quiere,
recuperar el proyecto de Jesús, de construir en el mundo el Reino de Dios.
E
l
R
eino de
D
ios, cuyo progra
m
a son las
B
ienaventuranzas, postula la paz y la justicia
. Y
la paz es
precisamente fruto de la justicia
. Am
bas son inco
m
patibles con la explotación del ho
m
bre por el
ho
m
bre
. E
sto quiere decir que los seguidores del
M
aestro
J
esús so
m
os inco
m
patibles con siste
m
as
de explotación co
m
o el capitalis
m
o, el i
m
perialis
m
o.
E
ste sistema es responsable de la situación
inhu
m
ana a la que están so
m
etidos
m
uchos pueblos, en
Á
frica, en
Am
érica
L
atina y otros lugares.
L
os
cristianos so
m
os convocados precisa
m
ente para construir un
m
undo diferente; no pode
m
os insta-
larnos en este y ser insensibles a la explotación que está teniendo lugar: la depredación del conti
-
nente africano, la violencia con la que se efectúa y el rechazo de los in
m
igrantes que huyen de ese
infierno, la
m
arginación de la
m
ujer, en la sociedad y en la Iglesia, la
m
arginación y violencia contra
los diferentes, la pederastia y todo tipo de abuso, la desigualdad y el elitis
m
o clasista
… L
os frutos
de nuestra to
m
a de conciencia sobre esa proble
m
ática pueden parecer tan
m
odestos co
m
o lo son los
propios grupos de
C
ristianos de
B
ase, pero se ha de hacer lo que se pueda e intentar concienciar
a la ciudadanía de la necesidad de no apoyar siste
m
as políticos y bloques
m
ilitares co
m
o los que
fo
m
entaron la actual guerra en
E
uropa y
m
antienen la política de depredación i
m
perialista
. E
n el
contexto de una sociedad teórica
m
ente
“
cristiana” que no es coherente con el modelo de Cristo
L
ibertador, nuestras co
m
unidades de base deben insistir en lo que significa e i
m
plica ese
m
odelo.